jueves, 3 de mayo de 2018

La mercantilización laboral. Los falsos autónomos. La esclavitud del s.XXI


Karl Marx hizo referencia en varias ocasiones al futuro del capitalismo en Europa y otras partes del mundo. Para ello, se basó en los planes económicos y determinadas tendencias que iban adquiriendo las empresas cobijadas por los gobiernos más liberales, lo que ahora conocemos como neoliberalismo salvaje, eje fundamental del capitalismo.

Podríamos poner varios ejemplos de estos modelos, uno de ellos sería EE.UU. Modelos que son adquiridos y copiados en Europa como respuesta a una crisis económica sin precedentes, y como siempre, principalmente afectan a los de siempre; a la clase obrera o trabajadora.

La retórica de Trump aumenta el riesgo de explotación laboral, aunque en este caso es principalmente contra los inmigrantes, no es desconocido su odio hacía todo aquello que no sea patrio o nacionalismo exacerbado (no sé a quién me recuerda), lo que no se traduce en otra cosa que en racismo.

En los últimos años, los datos macroeconómicos en España han crecido considerablemente (aunque no lo percibamos en nuestros bolsillos). La recuperación ha ido tomando impulso, aunque sea por inercia y no porque tengamos unos excelentes gestores en el Gobierno, el empleo precario ha crecido con tasas jamás vistas. Esto quiere decir que la situación del mercado laboral sigue siendo crítica. Tenemos una tasa de temporalidad de las más altas de Europa, con un 27,5% según Eurostat. 

Preocupa la alta dificultad para encontrar un empleo estable, la tasa de empleo juvenil se sitúa en el 38% y cierra cualquier posibilidad a los jóvenes de entrar en el mercado laboral. La nueva modalidad de empleo precario se llama: “contrato mercantil entre profesional y empresa”.

Un autónomo es un trabajador sin sueldo mínimo, sin vacaciones y sin bajas por accidente, sin indemnización por despido, que paga su seguridad social, etc. En definitiva, es un trabajador o trabajadora sin derechos, pero con todas las obligaciones de un asalariado, si me apuran, aún más, porque la mayoría de los contratos suscritos con las empresas no garantizan un sueldo mínimo, ni una estabilidad, ni ninguna otra garantía, sino todo lo contrario, solo garantiza obligaciones.

En España, el aumento de falsos autónomos está causando protestas y continuas inspecciones de trabajo por parte de la administración (aunque no las suficientes). Pero realmente, ¿cuánto cobran los autónomos? ¿Cuál será el futuro de un mercado de trabajo que cada vez exige mayor flexibilidad y menores costes salariales? En este humilde documento, quiero analizar esta nueva modalidad de trabajo precario ya establecida en España y que en los últimos años cada día está tomando fuerza en multitud de compañías de todos los sectores.

En nuestro país hay 210.000 autónomos TRADE (Trabajadores Autónomos Económicamente Dependientes) es decir, que realizan su actividad económica profesional para una empresa o cliente del que percibe como mínimo el 75% del total de sus ingresos, donde la vinculación laboral con el empresario-cliente es prácticamente única a efecto de derechos.

Según algunas asociaciones de trabajadores autónomos, solo el 0,32% de los autónomos que pararon su actividad en 2017 tuvieron prestación por cese de actividad. En 2017, 3.965 autónomos solicitaron la prestación por cese de actividad. Estos autónomos representan sólo el 0,6% de los 611.123 autónomos que se dieron de baja por causas ajenas a la jubilación el pasado año.

De todas las solicitudes válidas que registró el Servicio de Empleo Estatal, organismo que se encarga de gestionar las solicitudes, el 45% fueron aprobadas, un 49% fueron rechazadas y un 6% están pendientes de resolución, según los datos de Seguridad Social publicados recientemente.

Tal vez, a muchas y muchos os haya llamado la atención la obsesión de Albert Rivera con los autónomos. Tal vez, muchas y muchos, no se hayan parado a pensar en la trampa, en que Ciudadanos lo que potencia es la flexibilización de costes total para el empresario y lo que supone contratar a un trabajador autónomo y el gran incentivo que supone para muchas empresas, que se despreocupan completamente de indemnizaciones por despido, bajas, vacaciones, posibles problemas, y además pagar (tarde y poco) únicamente por el servicio que recibe la empresa, que tiene en “plantilla” x número de trabajadores sin ningún tipo de derecho o compromiso.


Existen estudios que prevén que en el año 2020 el 50% de la población serán trabajadores autónomos sin ningún tipo de derecho, pero la mayoría de ellos dependientes, dado que ofrecerán sus servicios solo para una empresa y por supuesto sin poder de negociación. En consecuencia, el problema aparece cuando el número de autónomos aumenta no por libre elección, sino como una válvula de escape ante la rigidez del trabajo por cuenta ajena y los datos cada día reflejan más esta situación.

Esta precariedad está provocada por una serie de factores de los que destaco tres:

- Rigidez de la cuota de autónomos, que es la misma independientemente de los ingresos, provoca un aumento considerable de la carga de trabajo de los autónomos, obligados a trabajar más horas para rentabilizar este coste fijo.

- Las empresas no ponen ningún tipo de trabas horarias a sus colaboradores, son conscientes de que sólo con largas jornadas sus falsos autónomos son capaces de rentabilizar la cuota.

- Estas empresas son las principales promovedoras del consumo low cost, gracias a la reducción de costes donde esquivan cualquier normativa laboral.

En estos momentos, para el Gobierno de Mariano Rajoy y su socio Albert Rivera, los trabajadores solo son números, da igual que estén riesgo de pobreza, el neoliberalismo radical solo intentará convencerte de que antes de estar en el paro, es mejor perder la dignidad bajo riesgo de exclusión social, aceptar duras condiciones de trabajo y tener un salario miserable por temor a perder tu puesto trabajo. Para ellos solo eres un número en sus cifras de creación de empleo precario.