lunes, 16 de mayo de 2016

15M y los que no se están enterando de nada.

Hace ahora cinco años cuando el nombre 15M se dio a conocer junto a otros movimientos como Democracia Real Ya, y cuyas consignas de diferentes movimientos sociales se unieron al grito en coro “lo llaman Democracia y no lo es” y “no los votes pues no nos representan” transmitiendo la idea de hacer público y exteriorizar el desasosiego en el corazón de un pueblo harto: Reclamaban simplemente Democracia. Posiblemente no es necesario ser un erudito hermeneuta para darse cuenta de que algo iba a cambiar, aunque los poderes creyeran que sería algo pasajero, y cito: "de cuatro perroflautas piojosos" así también lo interpretó gran parte de la prensa en España hace cinco años, la prensa de los grandes medios, del dinero, la politizada que escucha más a sus políticos de cabecera que a las gentes.
Pasó el tiempo y los eslóganes se hicieron tan populares, que el propio movimiento se extendió como no podía ser de otra manera, desde las grandes ciudades a las medianas, llegó hasta pequeñas localidades y pueblos, dio a entender que esa idea era ya bastante común y movilizaba como pocas. Las iniciativas iban surgiendo con gran impulso, entre otras plataformas como la Plataforma de los Afectados por las Hipotecas, o la reclamación de un proceso constituyente, mostraban que no estábamos ante algo pasajero. Por eso, al otro lado, encima de los sillones del Parlamento el desasosiego inicial iba cambiando de expectación a un intenso temor.

Proclamaban que no era revanchismo, ni venganza, sino Democracia, y no nos faltaba razón (hablo en primera persona) a los del 15M, al separar Demos de Kratos (el Pueblo contra el Corrupto Poder). Por un lado, el Kratos tiene que ver con la política entendida como poder, el cual suele definirse como la capacidad del individuo o colectivo para hacer que otro agente, también individual o colectivo, emprenda cierta línea de acción, incluso sin su consentimiento. En general, el orden instituido, desde la familia al Estado (todo en orden) pasando por la escuela y el trabajo. 

En España todo funciona de este modo. Unas veces en modo poder político y cuando los gobiernos son impotentes (como sucede ahora) recurren a la fórmula mágica, a la represión que es sinónimo en España de autoridad del poder, de prostituir la Ley o la Constitución y convertirla en un arma, donde se ejercen expresamente las antítesis elementales para reprimir la voz de las gentes de un Pueblo, para como último recurso o amenaza aplicar la Ley (en España nos pusieron la Ley Mordaza) llegando a multiplicar en gran parte de la ciudadanía un gran vacío, intentando destruir la ilusión de jóvenes y mayores, la ilusión que acontece de un modo espontáneo por un cambio real y hacer un país lleno de Justicia, que todo lo impuesto tiene que ver con una imperiosa necesidad. La ilusión consistente en que el orden construido sea una Democracia Plena en el sentido más inevitable de la palabra.


El poder en España es totalmente permisivo al construir su orden social siempre heterónomo, el que está gestionado por las élites (multinacionales, grandes empresas, mercados, etc), dando igual que las caras y apellidos de los políticos vayan cambiando alternativamente cada cuatro años, pues siempre hay un arriba trascendido que lo regulará todo en este ciclo.

Por su parte, el Demos es la referencia a la capacidad de las gentes para construir y comprender lo social por sí mismas, ("pienso luego estorbo") gentes que solo pretenden ser partícipes o formar parte de las políticas de su Pueblo, al que durante años ningunearon y antes o después del 15M se dieron cuenta que dormían, esto es lo que ningún político durante una mala Democracia desea, que personas den lugar a un estilo de organización autónoma, emergentista o refractaria contra las trascendencias y barbaridades políticas que se comenten, ya sean judiciales o sociales, etc. y sobre todo, despierten.

Lo que más les desconcierta es que dichas gentes y sus ideas se reproduzcan y se ordenen políticamente y por ende jerárquicamente, transformándose en política, lo cual genera en estas élites planos interpretativos de lo radical, lo que ellos llaman comunismo irreductible, donde estos vinculan las "churras con merinas" entre componentes, porque al parecer para ellos el poder solo puede ser único, político y unipersonal, de lo social, si quieren ya hablan ellos con ustedes otro día.

La interpretación y el sentido del 15M es de una sociedad sana, pero muy harta de políticos, periodistas o banqueros corruptos, de sociópatas de lo público, y no falta razón en esta España del bipartidismo, puesto que sus dispositivos de construcción y reflexión social están hechos para hacer y comprender lo económico antes que lo social (véase el art.135 de la Constitución), mientras se ven incapaces de entender que puede haber fallado en un mundo construido tan perfectamente corrupto.


Tal y como pasa en algunos otros países de Europa en mayor o menor medida los partidos políticos tradicionales, por más que les lanzaran algún guiño, no dan muestras de comprender nada, los medios ni siquiera hicieron una interpretación correcta del poder de las gentes de un Pueblo, estoy seguro que ellos creyeron que sería algo pasajero.

Por esta parte, periodistas, presentadoras, columnistas y tertulianos y opinadores de toda laya acostumbrados como están a que no hay más mundo fuera de los Partidos Políticos (ni más Economía que la de los mercados), tampoco supieron decir mucho con sentido, aunque a algunos después de 5 años les atrajera el ruido de la calle, pongo por caso el de la conocida Ana Pastor en su programa #Objetivo15M de La Sexta. En este sentido, su respuesta no fue muy diferente de la que el 2001 habían dado colegas argentinos ante las gentes que salieron gritando “que se vayan todos… que no quede ni uno”. Por cierto, igual de descolocados han quedado los formadores de opinión tan extendidos en España, esos que voceros del sistema tanto de izquierdas pero en este caso los indignados con el 15M son totalmente de derechas. Y es que yo diría a periodistas como Ana Pastor que ya no sirven las toneladas de literatura periodística acumulada a propósito de la acción política institucionalizada, que no están entendiendo nada, también les suele quedar lejos de la comprensión las gentes cuando salen tan alborotadamente a la calle, porque hay interpretaciones que ofenden. En definitiva, las élites periodísticas siguen transmitiendo que están con los poderes y no con la gente, y eso ahora tiene un precio en relación al mundo de Demos, tienen un grave problema: como piensan que no hay nada más que lo instituido, les ocurre que no saben lo que nunca han comprendido.


Afortunadamente, algunos de ellos reconocen su ignorancia. Unos manipulando otros en camapaña llevando a la nueva nº2 del PSOE al plató en una plaza pública, sí, la que fue Secretaria de Estado del Ministerio del Interior con Felipe González, ni más ni menos que en la Puerta del Sol para hablar del 15M, aunque la realidad todos sabemos que fue bien distinta, y todo parece que fue estrategia de campaña desde la calle Ferráz. Otros compañeros opinando en su pleno derecho (faltaría más) soltando sin ni siquiera despeinarse a no sé cuantos millones de espectdores que "Ciudadanos también es producto del 15M" y los terceros (los políticos) mientras desde las redes sociales haciendo ciencia ficción de andar por casa, alcanzando cuotas inadmisibles de ignorancia, reconociendo que no saben y que no se enteran, aunque lo digan con las palabras que prostituyen continuamente en sus programas. No se enteran, no se dan cuenta, su ignorancia positiva es más indignación para las gentes, pues mucho piensan y pensamos que nos siguen tomando por auténticos gilipollas.

Porque la esencia del activismo del 15M que durante los meses de pronunciamiento llegaron desde los márgenes de las ciencias sociales de las universidades, del activismo socio político y de las calles para explicar y hacer comprender lo que estaba ocurriendo. Es lo que sucede con la expresión “movimiento social”, puesta de moda en los años 70, durante el Vietnam de John F. Kennedy, pero que, en realidad, apareció con la Revolución Francesa y consolidó su presencia en el siglo XIX para referirse al movimiento obrero, aunque ya antes, en la premodernidad, hay fenómenos como las revueltas campesinas, las protestas urbanas, etc., que como mostró Eric Hobsbawn, entran perfectamente dentro de esta categoría.

Ciertos expertos sugieren que el “nuevo” movimiento social debe ser entendido como un modo de ejercer la acción colectiva distinto del promocionado institucionalmente y que actúa para acelerar o detener el cambio social. También se ha dicho que su actividad apunta a conflictos distintos de los clásicos, pues la cuestión social cede su hegemonía ante el desembarco de la cuestión natural, la femenina, la urbana, la globalización positiva del intercambio de conocimientos en las Redes, etc. En efecto, si cuando "vivía" Dios su mundo celeste era lógica, era “mañana, cadáver gozaréis”, los actores políticos modernos han acabado con el más allá, pero mantienen el futuro: “mañana gozaréis si no os puedo callar hoy”.

Los movimientos sociales han trasladado la ilusión al presente. Es cierto que la Sociedad del consumo, con su “gozad”, ha hecho lo mismo. Sin embargo, en este caso hay una tendencia a que este goce se realice en el plano imaginario, ya no somos felices solo con el flamante Seat Ibiza y el Canal+ Liga. Necesitamos Democracia.


Por otro lado, sabedores de la tendencia y como siempre me gusta reflejar en este humilde Blog, me gusta reflejar este país en Europa, aunque últimamente la Europa de las libertades diste mucho de serlo, pero allí, en los países con Democracia Plena, los partidos políticos y sindicatos, suelen organizarse en secciones locales que disfrutan de gran autonomía e independencia y que toman sus decisiones en asambleas, quedando el circunstancial líder o portavoz obligado a defender la toma de posición que se decida. Gracias a las militancias múltiples de los activistas cada sección, de cada barrio, de cada población estando vinculada a otras de su misma o diferente clase de un modo bastante flexible, formando así redes sociales sumamente efectivas. Hablas de esto en España y a poco que te llaman radical, extremista o comunista o de la ETA.

En el caso del IKV holandés, hasta el 60% de los activistas tienen una media de 11 vínculos con otros colectivos. Esto les permite crear potentes y flexibles organizaciones a través de las cuales se movilizarán gran cantidad de recursos humanos, culturales, cognitivos y organizativos cuando la ocasión lo requiera. Hoy en día, las grandes corporaciones económicas funcionan también de este modo asambleario (ellos ven esta fórmula muy positiva cuando solo es beneficiosa para el interés de su corporación).
Estas características de los movimientos sociales permitieron retratar la indignación ante una sociedad ya muy harta, también parece que, como habitualmente sucede a otros sectores, de nuevo llegó tarde.
Salvando las diferencias, de este modo sucedieron las revueltas de Túnez y Egipto un año antes del 15M, los indignados dieron una vuelta de tuerca más a la “política” (allí hubo muertos) de movimientos sociales convirtiendo el fenómeno en algo subversivo para los especialistas políticos que tampoco entendieron nada. Poco tiempo después el dictador tuvo que salir corriendo.

Pero por ejemplo, esto sucedió gracias a las redes sociales, el impulso asambleario y la horizontalidad se centralizaron y la protesta política se convirtió en lo más parecido al Demos que antes citaba, las gentes, que para algunos no habían existido nunca se conviertieron en peligrosos opositores del sistema. Por poner un ejemplo en este sentido, el Movimiento 5 Estrellas italiano mostró la potencia de este estilo organizativo al convertirse en la tercera fuerza política en las elecciones del 2013 sin tener sedes físicas, no recibir fondos del Estado, no tener contacto con los grandes medios de comunicación y colocar en sus listas gentes desconocidas para los medios. Por otro lado, la crítica de los indignados ya no se proyectaba contra asuntos concretos tratados por la política (cuestión natural, social, nacional, etc.) sino contra lo político mismo.


Igualmente es importante el carácter transversal del movimiento 15M, que en parte se explica por un estadio neutro de las ideologías. En efecto, en las asambleas y conversaciones más informales no sólo había rabia e indignación con la clase política. También se percibía que los participantes e incluso los curiosos eran seducidos y encantados directamente y sin mediaciones ideológicas por la materia prima de lo social: el querer vivir, el estar juntos y los complejos ideoafectivos que de ese magma emergen. Todo ello formaba algo parecido a un clima o atmósfera desde el que se intuyó que la trama institucional no podía hacer nada sola ni era tan poderosa porque se debía a lo instituyente. Igualmente como acostumbra surgió la creatividad que se desbocó, tal como muestran las ingeniosas frases que se escribieron, los lemas que se corearon, los modos como la horizontalidad se afrontó como "organización" social.
Pero es que, además, el estar-juntos actuó de forma terapéutica haciendo que las gentes olvidaran sus miedos y problemas individuales, esos que tan abundantemente produce nuestra sociedad y ante los que se ofrece como solución irnos al Centro Comercial.


En la Argentina del 2001 sucedió algo que para mucho medios y sociólogos y no hablo ya de políticos pasó totalmente desapercibido, cuando desempleados y gente necesitada acudía a las asambleas de sus barrios o localidades los servicios telefónicos públicos de atención a suicidas casi no recibieron llamadas. Las asambleas no sólo curaban a los desempleados, que se liberaban en ellas de su complejo de culpa, sino que también calmaban los temores generados por las noticias de los medios manipulados divulgadas por los medios de comunicación de masas, habitualmente padecidos en privado. En la Toulouse que Rubén Torguet, también ocurrió que muchos homeless que acudían regularmente a ellas se liberan de sus adicciones. Estos cambios inducidos en la más profunda interioridad de los participantes, pues seveian entre iguales. Esto da a entender, como ya advirtiera E. Durkheim a propósito de la efervescencia y bullicio de la Revolución Francesa, que lo sagrado es lo social o, quizás mejor, que lo social debe de ser sagrado.


Todas estas características del 15M desde un punto de vista social y crítico no pueden ser nada más que algo positivo y desde todos los costados, retrotraen a la necesaria política a su grado cero, pero sabiendo que la política también necesaria para llevar a cabo el mensaje, también muestra lo máximo que cualquier experto puede asumir de un modo positivo, su ignorancia al respecto aunque estemos en el siglo XXI. Ello señala también el límite de la acción política o Kratos a aquellos que se han tomado en serio su incompetencia con Demos más allá del umbral a partir del cual se disuelven como azucarillos los dispositivos expertos de reflexión o los opiniones que se hacen llamar periodistas, los columnistas o tertulianos de extrema derecha, que para ellos todo esto es cosa de peligrosos comunistas, revolucionarios y bolcheviques, que de ese modo tan extremadamente heterónomo de construcción de la realidad imponen el miedo y solo hacen ver que si no les votas a ellos no hay otra salida para Demos.
Demos es el 15M, el que logra comunicarnos que dormíamos y que teníamos que despertar. Pero ahí también se llega a reconocer que antes, cuando el mundo parecía que estaba lleno de ignorantes y que no sabíamos resulta que en realidad sabíamos.