viernes, 1 de septiembre de 2017

El origen fascista del Partido Popular

“Cuando la burguesía - particularmente sus capas más reaccionarias- no pueden seguir dominando por procedimientos democráticos, apela a los métodos de la dominación fascista”.
José Díaz Ramos.

Cuando el Partido Popular se manifiesta radicalmente contrario a la aplicación de la Ley de Memoria Histórica; cuando los ayuntamientos bajo su égida se niegan o dificultan la recuperación de los restos dispersos en cunetas por sus abuelos golpistas de los asesinados por el franquismo; cuando magistrados afines persiguen al juez Garzón por haber intentado aplicar el principio de Justicia Universal cuando se encontraba en vigor en España, el Partido Popular no hace sino responder a sus auténticos orígenes anulándola para proteger a sus franquistas en detrimento de los derechos a la justicia de todos los españoles.

En efecto, las raíces de los fundadores del PP se hunden en aquel genocidio con 114.226 ejecuciones, en su mayoría acabada la guerra civil, cientos de miles de encarcelados, trabajos forzados, depuraciones masivas, unos 30.000 niños robados, legislación explícitamente persecutoria, etc. Cuando a sonados dirigentes de ese partido se les escapa que los 40 años "fueron un modelo de placidez"; cuando el fundador del mismo y Presidente de Honor nunca dio en vida una explicación por los crímenes de Vitoria y Montejurra... el Partido Popular no hace sino responder a lo que lleva grabado en sus genes fundacionales.

"Alianza Popular es una relación antinatural entre personas que sólo tienen una cosa en común: el rencor". La frase es del embajador estadounidense en Madrid Wells Stabler.
Hoy en día,  aún hay políticos, periodistas y hasta obispos que proyectan una imagen manipulada del Partido Popular donde le sitúa como si fuera una especie de partido demócrata atrapado por el franquismo. Lo cierto, es que pueden pintar la historia, pero no pueden cambiarla aunque lo intenten un día tras otro.

Pero desde los años cincuenta, y también antes, hasta después de la muerte de Franco, Fraga estuvo apoyando el nazismo o el fascismo. Su “venerado maestro” fue Carl Schmitt, el jurista del nazismo. Decir lo contrario es simplemente acogerse a la mentira de forma deliberada.
Aún así, Fraga Iribarne –puntualizan sus seguidores- hizo cuanto pudo para que España recuperara la libertad. Sin embargo, está ya más que demostrado que el presidente-fundador del PP sirvió eficazmente al Régimen dictatorial, con frecuencia haciéndole el trabajo sucio –sucio, cruel y tenebroso- al dictador Franco.

Manuel Ribas, excelente escritor y periodista publicó en 2006 una crónica de aquel día de marzo de 1962, antes de que Fraga Iribarne pasara de director del Instituto de Estudios Políticos a ministro de Información y Turismo. Convocó el homenaje el director todavía del Instituto –“fábrica de ideas de la dictadura”-, Fraga Iribarne.
Sostiene Ribas que el “célebre jurista alemán” había sido “conocido como el kronjurist, la corona o el cerebro jurista del III Reich”. Fue “el principal artífice de la arquitectura jurídica del nazismo”. Fue “el diseñador del permanente “estado de excepción”, para quien la política es sinónimo de guerra, y el adversario o disidente, de enemigo”.
El acto de enaltecimiento del jurista nazi Carl Schmitt congregó a una “numerosísima concurrencia”, con “la presencia de dos célebres exministros de Franco, Serrano Suñer y Fernández-Cuesta. Fraga Iribarne subrayó la “trascendencia del acto, en el que se va a homenajear, dijo, a “una de las figuras más ilustres de la ciencia política europea, especialmente vinculada a España”. Según él, Schmitt era su “venerado maestro”.

Otto Skorzeny, un criminal de la SS que el régimen franquista protegió y su gran amigo, Manuel Fraga.

Un documento de la viuda de Skorzeny incluye felicitaciones de Manuel Fraga Iribarne a Otto Skorzeny en 1964, cuando era ministro de información y turismo de Franco, una directiva del dictador paraguayo Alfredo Stroessner de 1964 para que se le provea a Skorzeny de un pasaporte paraguayo. Hay también, dos recomendaciones de visados firmadas por el periodista falangista Víctor de la Serna (1896-1958), que había estado a sueldo de la embajada nazi en Madrid, dirigidas a diplomáticos españoles en Alemania. Uno de ellos, el cónsul en Francfort Jorge Spottorno, emite un visado con nombre falso. Entre los papeles privados se encuentra también una nota del almirante Dönitz de mayo de 1962, al que el coronel de las SS ha hecho llegar sus condolencias por el fallecimiento de su esposa.

Otto Skorzeny, amigo personal de Manuel Fraga y el matarife jefe de operaciones especiales de Hitler, que se hizo famoso por la operación de comandos que liberó a Benito Mussolini en septiembre de 1943.

En cualquier caso, de los documentos del fondo a los que el diario La Vanguardia tuvo acceso, se desprende un cuarto de siglo de actividad de uno de los nazis más prominentes residentes en España entre el final de la guerra y 1975, año de su muerte. Una intensa actividad política y de negocios a través de una fluida red de amistades con el gobierno español, sus generales, los generales de Hitler, dictadores suramericanos y grandes empresas como Krupp, Thyssen y la exportadora de armas Merex, una tapadera de los servicios secretos alemanes en la que trabajaban, o colaboraban, criminales de guerra teóricamente buscados por la justicia.

La Vanguardia publicó el 21 de marzo de 1958 en la portada una foto de Otto Skorzxeny pronunciando una conferencia en el Instituto Nacional de Industria (Propias)
Otto Skorzeny, el matarife jefe de operaciones especiales de Hitler y amigo de Manuel Fraga Iribarne, fundador del aparato político del PP.
 La gran mentira: "España fue neutral durante la Segunda Guerra Mundial".

Hitler y Franco sólo se encontraron una vez. Fue el 23 de octubre de 1940, en la estación de ferrocarril del puesto fronterizo francés de Hendaya. La conversación se prolongaría durante más de tres horas y, después de una cena ligera, aún tendría su continuación en las primeras horas de la noche. Franco obtendría de ese encuentro una fama de hábil negociador, por haber evitado que España entrase en la guerra, mientras que Hitler, que había acudido a la cita dispuesto a poner en marcha sus planes para el control de la Europa meridional, recordaría siempre con espanto las horas en las que tuvo que aguantar la verborrea del dictador español. Más adelante diría que prefería que le sacasen dos o tres muelas, antes que tener que soportar otra entrevista con Franco.

En el entorno de Hitler se afianzaría a partir de entonces la imagen de Franco como la de un charlatán que les había engañado y no les había agradecido la ayuda brindada durante la guerra civil. Y no era mejor la imagen que tenían de su cuñado y ministro de Asuntos Exteriores, Ramón Serrano Suñer, al que aplicaban habitualmente el calificativo de “jesuita”, en el que encerraban buena parte de su desprecio a los pueblos latinos y a la religión católica.

Hace tiempo que sabemos que las cosas ocurrieron de forma muy distinta a como las quiso presentar la propaganda franquista, apoyada en los idealizados testimonios construidos por Serrano Suñer que, en los últimos años de su larguísima vida, estaba muy deseoso de desligarse de su pasado fascista. Por decirlo muy brevemente, tanto Franco como su cuñado tuvieron interés en incorporarse a la lucha y sacar partido de las iniciales victorias alemanas, pero las condiciones materiales de la España de 1940, les llevaron a renunciar a “hacer la guerra por gusto” -como decía Franco- y a exigir una ayuda material que Hitler no tenía medios ni interés en proporcionar.

La intervención del gobierno nazi en España había empezado a partir de la rebelión militar del verano de 1936, cuando Hitler empezó a brindar ayuda militar y económica a los sublevados, a pesar de que su interés en esta parte de Europa era muy limitado y tenía por objeto, fundamentalmente, las necesidades de la economía alemana.

Cuando comenzó la guerra mundial, Franco optaría por lo que Payne denomina una “neutralidad sesgada” que no trataba de ocultar sus simpatías hacia las potencias del Eje. Más adelante, la supuesta neutralidad se transformaría en una curiosa “no beligerancia” que marcaba aún más las simpatías españolas y que no sería abandonada hasta el otoño de 1943. Las autoridades aliadas, mientras tanto, se contentaron con una presión encaminada a impedir que España se uniera al Eje, para lo que utilizaron, en ocasiones, el soborno a algunas personalidades del generalato franquista.

Una de las evidencias de esa simpatía española por la causa alemana sería el envío de la División Azul, que operaría en el frente ruso desde comienzos de 1942 y tendría, supuestamente, carácter voluntario. A finales de 1943, cuando las autoridades españolas trataban de reorientar su posición en el conflicto, aquella unidad militar era un estorbo y los últimos hombres serían repatriados de una forma casi clandestina.


El 13 de octubre de 1941, una delegación de las juventudes hitlerianas aterrizó en la capital. Lo hizo en plena segunda guerra mundial, en suelo teóricamente neutral y con la intención de demostrar la sólida formación cultural  y de raza de los jóvenes del III Reich. Durante la visita, segunda escala de su estancia en España, tras su paso por Barcelona, el grupo desfiló por las calles de Madrid, participó en varios conciertos y hasta organizó un festival deportivo.



Miembros de la Juventudes Hitlerianas desfilando por la Plaza de la Cibeles de Madrid
 El "Súper Español" la obsesión de Franco por la superioridad de la raza.

Un país que durante 40 años de dictadura trataba de conciliar las doctrinas alemanas de la higiene racial con las demandas de la doctrina católica. Una España bizarra que fabricaba analfabetos patrióticos que raramente veían más allá de una bandera.

Los complejos de inferioridad de Francisco Franco, el rencor y el resentimiento que pesaban sobre un señor bajito, con bigote, un sólo testículo y voz aflautada, hizo que buscara incansablemente la superioridad de la raza basándose en los principios clínicos de Mengele.



Para ello, el régimen fascista confía en el doctor Vallejo-Najera, un médico depravado en un Estado bizarro que soñaba con crear la raza del super-español. Un malévolo médico que no dudaba en aplicar la técnica de electroshock "a invertidos" y rojos, este era el Josef Mengele de Franco.

La rama celtibérica de la eugenesia dio lugar a episodios delirantes en el franquismo. Vallejo-Nájera trató de demostrar la "inferioridad mental de los rojos. Acabó desquiciado, con obras como 'Eugenesia de la Hispanidad y regeneración de la raza'. Una España protonazi.

Franco, un obsesionado con la eugenesia, una filosofía social puesta de moda por los nazis en los años treinta con las horripilantes consecuencias conocidas.

La legión alemana para la tercera guerra mundial

En lo político destaca el plan de Skorzeny, expuesto a Franco, Muñoz Grandes, al jefe del Estado Mayor Juan Vigón, al canciller Konrad Adenauer y a los ex generales de la Wehrmacht Hans Speidel, Heinz Guderian y Hans von Manteuffel, entre otros, de organizar en España un ejército alemán capaz de contraatacar en la esperada tercera guerra mundial. Mencionado en la ficha que de Skorzeny hay en el archivo de los servicios secretos alemanes (BND) como "Legión Carlos V", este plan ya era conocido por los historiadores.

"No era un plan descabellado, porque España era vista como una retaguardia detrás de los Pirineos", explica Carlos Collado, historiador de Munich y autor de "España, refugio nazi". Skorzeny se equivocó de puerta, dice el historiador Angel Viñas. "Debería haber vendido el plan a los americanos y al MI-6, que entonces mantenían una estrategia insurgente en los países bálticos", y en Ucrania Occidental, dice Viñas, autor de 'Los pactos secretos de Franco con Estados Unidos'. En ese clima del 'rollback' angloamericano, los planes de Skorzeny encajaban.

En los años cincuenta el régimen franquista estaba luchando por su supervivencia, explica Viñas. "El ejército de Franco era militarmente una piltrafa, lo que los americanos querían eran bases militares, sobre todo aéreas para reforzar la política de contención de la OTAN", explica. Los militares españoles habían admirado al ejército alemán, Skorzeny tenía entre ellos un prestigio enorme, pero la tecnología militar que les llegaba de Estados Unidos era el futuro y les deslumbró mucho más. Tanto Viñas como Collado mencionan en sus obras el plan de Skorzeny.

Dos mil firmas para liberar a Rudolf Hess

No cabe preguntarse por qué el eje fundacional del PP Manuel Fraga firmó para pedir la libertad de Rudolf Hess, símbolo de la expiación de los crímenes nazis contra la humanidad. Tal vez nada es casualidad.
(Diario Informaciones 16/04/1971) 

El discurso antisemita de Manuel Fraga Iribarne

Manuel Fraga Iribarne, fundador del eje ideológico del PP escribió y leyó en 1971 las siguientes frases en su pregón de la Semana Santa de Zamora:

“ … La lección terrible de la Semana Santa debe ser nuevamente revalorizada, asimilada. Los judíos prefirieron la injusticia al desorden, el inmovilismo a la esperanza y el milagro, el egoísmo a la caridad. Aún no han terminado de expiar la sangre caída sobre ellos y sobre sus hijos… Por supuesto se equivocaron, Jerusalén e Israel serian destruidas...”

Su origen sin solución de continuidad, está en los 'Siete Magníficos', tal como en las primeras elecciones democráticas fueron conocidos sus líderes, a saber: Gonzalo Fernández de la Mora, Manuel Fraga Iribarne, Licinio de la Fuente y de la Fuente, Laureano López Rodó, Cruz Martínez Esteruelas, Federico Silva Muñoz y Enrique Thomas de Carranza, los seis primeros ex Ministros de Franco y el último ex Director General de Cultura Popular. (Cada uno aportaba una sigla pendiente de legalización, pero posteriormente se fusionaron, como veremos).

En su 'Manifiesto' de 10 de Octubre de 1976, ya bajo la sigla conjunta de 'Alianza Popular', se decía, entre otras cosas: 'Afirmamos nuestra actitud constructiva (...) pero no admitimos que quienes han contribuido poco o nada al desarrollo español de las últimas décadas pretendan enjuiciar al país entero desde una actitud gratuita (... ). Rechazamos toda ruptura y exigimos respeto para la obra de un pueblo durante casi medio siglo. (...) Nos oponemos a la legalización de los grupos comunistas,(...) o separatistas.(...). Apoyaremos la Monarquía, clave de (...)las Leyes Fundamentales. (...).Nos oponemos a que se abra un período constituyente (..).

Pues bien, esos Partidos pendientes de legalización y hasta entonces en coalición, se fusionaron para pasar a ser la tan conocida y poco exitosa Alianza Popular, después Partido Popular.

Un informe oficial del Registro de Partidos Políticos, fecha 11 de octubre de 2011, nos dice que 'una vez consultados los antecedentes que constan en el Registro (...) el primer asiento realizado fue efectuado con fecha 29 de abril de 1977, y es el acta notarial nº 1863 de 21 de abril de 1977, de constitución y estatutos de la formación denominada Partido Unido de Alianza Popular (PUAP). Fue inscrito el día 4 de Mayo de 1977. El citado partido cambió su denominación por acuerdo adoptado en el IX Congreso Nacional celebrado el 20 de enero de 1989, por la de Partido Popular (PP).

Conste, pues, que no obstante la retórica desplegada respecto a la presunta 'refundación' llevada a cabo por dicho Congreso del 89, ello no es así. Cambió la denominación, se renovaron cargos y se actualizaron, como hacen todos los Partidos al modificar los Estatutos.

Pero lo más digno de tener en cuenta: la personalidad jurídica del Partido Popular es la misma que la de Alianza Popular, y por vía de fusión, es sucesora en línea recta de los famosos "Siete Magníficos" cada uno con su sigla.

Por lo que, como hemos visto, la hoja registral de Alianza Popular y del Partido Popular es única: no hay cancelación y nueva inscripción, lo que hay es un asiento donde simplemente consta el cambio de nombre.

Y es que, guste o no a los dirigentes, afiliados o simpatizantes de ese partido, desde el Derecho Romano acá, hay que estar a quo tabulae dicent...


RESIDUOS FRANQUISTAS: "LOS SIETE MAGNÍFICOS".

Según reflejan los cables desclasificados de Kissinguer compilados por Wikileaks y a los que Público tuvo acceso,  los últimos meses de 1976 fueron quizás una de las épocas de mayor tensión política de la Transición.


Gonzalo Fernández de la Mora
(Barcelona, 30 de abril de 1924 – Madrid, 10 de febrero de 2002) Miembro del Consejo Privado de don Juan de Borbón desde 1959, progresivamente se fue acercando al círculo de poder franquista y fue nombrado subsecretario en el Ministerio de Asuntos Exteriores.
En 1970 Fernández de la Mora ascendió al rango de ministro plenipotenciario de primera clase dentro de su carrera diplomática, tras haber ocupado, en el Ministerio de Asuntos Exteriores, los puestos de subdirector general de Relaciones Culturales, director de Cooperación Cultural (1963), subsecretario de Política Exterior y subsecretario de Asuntos Exteriores. Entre 1970 y 1974 fue Ministro de Obras Públicas durante el final de la dictadura franquista. Suya es la frase “España no necesita constitución porque es un Estado perfectamente constituido“.


Manuel Fraga Iribarne
(Villalba, 23 de noviembre de 1922 – Madrid, 15 de enero de 2012) Su primer cargo político relevante fue el de Ministro de Información y Turismo, que ejerció desde el 10 de julio de 1962 hasta 1969. Formó parte, por tanto, del IX Gobierno nacional de España (1962-1965) durante la dictadura franquista. En 1975 fue nombrado vicepresidente y ministro de Gobernación (cargo equivalente al actual de Interior) del gobierno de Carlos Arias Navarro. Bajo su mandato en el Ministerio en 1976, acuñó la frase «La calle es mía», tras el intento de la oposición de manifestarse el Primero de Mayo, al cual se negó. En esta época también se producen incidentes con las fuerzas de seguridad del Estado: los Sucesos de Vitoria (1976), donde la Policía Armada mató a tiros a 5 obreros al salir de la Iglesia de San Francisco de Asís e hirió a más de 100 personas o la llamada «Operación Reconquista» o sucesos de Montejurra, con dos muertos y varios heridos tiroteados por militantes de la extrema derecha internacional que acudieron a España. También fue presidente de la Junta de Galicia entre 1990 y 2005.
Carta de Manuel Fraga a Otto Skorzeny, un asesino nazi de las Waffen-SS.


Licinio de la Fuente y de la Fuente,
(Nacido en Noez, Toledo, el 7 de agosto de 1923)
Durante la dictadura franquista, fue designado Gobernador Civil y Jefe Provincial del Movimiento de la provincia de Cáceres (1956 - 1960) y Posteriormente fue designado Ministro de Trabajo (1969 - 1975) bajo la presidencia de Luis Carrero Blanco, durante la dictadura de Francisco Franco.
En el periodo 1974-1975 asumió las funciones de Vicepresidente del Gobierno, siendo Presidente Carlos Arias Navarro. En 1976, aprobada la Ley de Reforma Política fundó el partido Democracia Social.

Laureano López Rodó
(Nacido en Barcelona, el 18 de noviembre de 1920 - † Madrid, 11 de marzo de 2000). Miembro del Opus Dei, está considerado como uno de los principales propulsores de la política económica de desarrollo de los años sesenta en España. Su carrera política estuvo muy vinculada a la persona del almirante Luis Carrero Blanco. En 1956, es nombrado Secretario General Técnico de la Presidencia de Gobierno por Carrero Blanco.
En junio de 1973 al ser nombrado Carrero Blanco Presidente del Gobierno, se convierte en Ministro de Asuntos Exteriores, cargo en el que sólo estuvo unos meses, debido al asesinato de Carrero en diciembre de aquel mismo año. Entre 1974 y 1975 es embajador en Viena. En las últimas Cortes franquistas formó un grupo parlamentario, el Grupo Parlamentario Regionalista.

Cruz Martínez Esteruelas
(Nació en Hospitalet de Llobregat, Barcelona, 4 de febrero de 1932 - † 17 de septiembre de 2000).
Fue un destacado falangista. En la dictadura franquista, fue nombrado Ministro de Educación y Ciencia del gobierno de Arias Navarro el 3 de enero de 1974, durando su mandato hasta el 12 de diciembre de 1975, habiendo sido con anterioridad Ministro de Planificación del Desarrollo. Se le recuerda por ser el impulsor de la Ley de Selectividad y partidario de la teoría de las élites
Durante su etapa de ministro de Educación, cargo en el que cesó tras la muerte del dictador Franco, ordenó el cierre de la Universidad de Valladolid debido a la fuerte oposición política universitaria que se vivía en aquel entonces contra el régimen franquista. Se opuso a la legalización del Partido Comunista.

Federico Silva Muñoz
(Nació en Benavente, Zamora, el 28 de octubre de 1923 - † Madrid, 12 de agosto de 1997)
Desde joven perteneció a la Asociación Católica Nacional de Propagandistas, de la que llegó a ser secretario general. En la dictadura franquista, fue Ministro de Obras Públicas, desde el 7 de julio de 1965, hasta abril de 1970. Tras dimitir como Ministro franquista, ocupó posteriormente la Presidencia de CAMPSA. En la Transición, conformó la terna de candidatos a sustituir a Carlos Arias Navarro. Desde Alianza Popular intentó tender puentes entre Manuel Fraga y Blas Piñar. Colaborador habitual del desaparecido diario El Alcázar, su teléfono fue uno de los que mantuvieron algún contacto con los militares sublevados en la intentona golpista del 23-F, según trascendió en las diligencias instruidas por el fallido golpe de Estado de 1981.
Manuel Fraga, fundador del PP y ministro de la Gobernación de Franco junto al "Carnicerito de Málaga" -1976 asesinato de 5 trabajadores en Vitoria.

Enrique Thomas de Carranza
(Nacido en Madrid, el 4 mayo de 1918 - † Madrid, el 16 Marzo de 2005).
Durante el franquismo fue Gobernador Civil de Toledo. Jefe de la Censura franquista durante los años sesenta y primeros setenta. Ocupó el cargo de presidente de los combatientes franquistas (Hermandad Nacional de Combatientes).
Así mismo, fue Director General de Cultura Popular y Espectáculos del Ministerio de Información y Turismo.
Lideraba el partido conservador Unión Social Popular (U.S.P.) que posteriormente se uniría a Alianza Popular.


Fascistas en Paracuellos del Jarama, 1976 © Carlos Bosch

Hay poco que añadir a la fotografía del reportero argentino Carlos Bosch (Buenos Aires, 1945). Pertenece a la serie El huevo de la serpiente [catálogo en PDF], una crónica de las liturgias franquistas y fascistas en los años de plomo que siguieron a la muerte de Francisco Franco, el dictador militar de escasas luces y voracidad de lobo que apagó la luz de España después de quedar henchido de carne de rojos.

Sus lobeznos, creyendo que la transición democrático-monárquica que pactaron los poderes fácticos a espaldas de la población era un camino hacia el libertinaje, ladraban libremente y pedían sangre. La foto de arriba fue tomada en el primer aniversario de la muerte del caudillo en una cama hospitalaria y sin responder por crimen alguno.

Huido de Argentina, donde le esperaba la muerte, con seguridad precedida de espantosas torturas, a manos de los militares de Videla —adoradores de Franco, por cierto—, Bosch se estableció en Madrid en 1976. Casi por casualidad y contando una mentira (“soy argentino y vengo porque mi padre peleó en la batalla del Ebro y ahora tiene un cáncer  terminal. Se está muriendo, pobrecito, y a mí me gustaría llevarle un recuerdo”, dijo a los fascistas a los que retrataba), el periodista gráfico vivió insertado entre quienes deseaban ahorcar, quizá usando como garrote el collar de perlas de la furiosa dama de la imagen, a cualquiera que no supiese de españolidad racial.

Las imágenes de Bosch, poco conocidas y merecedoras de mayor difusión como material didáctico, fueron expuestas en el Centro Cultural de la Memoria Haroldo Conti de Buenos Aires, una de esas organizaciones tan necesarias como escasas empeñadas en que el olvido no sea posible.

De “El huevo de la serpiente” – © Carlos Bosch

El fotógrafo, que logró introducirse en las peligrosas filas de los falangistas y activistas de extrema derecha durante varios años, explica con claridad la intención de mostrar las imágenes ahora:

Esta serie de fotografías fue realizada entre 1977 y 1979.
Muchos de los jóvenes que fueron fotografiados en ese tiempo son hoy militantes del Partido Popular y algunos de ellos ocupan cargos de responsabilidad en el Estado Español.
El resurgimiento de la extrema derecha (fascismo) en Grecia, Francia, Italia, Portugal y España, entre otros, vuelve a alarmar a la democracia.
Argentina no está en esta situación pero preocupa la existencia de grupos ligados a la Internacional Fascista.
El objetivo de esta muestra es recordar y hacer visible frente a los jóvenes el peligro de un movimiento antidemocrático que aún sigue latente.

Vistas como un banco de identidad de seres humanos de alta peligrosidad retratados hace casi 40 años, provoca  escalofríos calcular que parte de esos jovenzuelos marciales dispuestos a matar y morir están entre nosotros, son adultos quizá bajo apariencias honorables. Aún concediendo posibilidades al cambio y la reforma personal, ¿es posible la rehabilitación?, ¿puede un protonazi desintoxicarse?, ¿alguien se ha encargado de reprogramar los cerebros enfermos?

Con los redobles del neofascismo añadiendo percusiva música fúnebre a lo largo del continente Europeo —Der Spiegel publicó un censo sobre los ataques incendiarios contra exiliados políticos en Alemania, con una media de uno al día, y el desentendimiento político y policial sobre el asunto—, la visión retrospectiva de la extrema derecha española fue muy "saludable" y, aunque algunas fotografías sean ridículas por la gestualidad de vodevil de los participantes en las charadas, el fotógrafo quiere alarmarnos: siguen entre nosotros, camuflados, dice cada imagen.

La extrema derecha formó alianzas, conveniencias y desavenencias entre las figuras públicas por hacerse un hueco ante un inminente nuevo Ejecutivo. Un tema centraba la agenda de Gobierno: la puesta en marcha de una reforma política que debía traer la consolidación democrática materializada en las elecciones de junio del año siguiente. Washington recelaba de la Alianza Popular más que de cualquier otra formación. La cercanía de sus miembros con la derecha más extrema hace que EEUU la considere un "peligro" para avanzar hacia la reforma política.

Hoy en día, políticos como Esperanza Aguirre niegan relación alguna de su partido con la dictadura a la vez que acusaba al PSOE de reivindicar un pasado violento por tener en sus sedes retratos de líderes políticos de la República. Aparte de la barbaridad que significa comparar los símbolos franquistas con los representantes elegidos democráticamente por el pueblo durante la República, surge la pregunta obligada, ¿es verdad que el PP no es el heredero del franquismo? Para contestarla repasemos un poco la historia de sus líderes:

En 1979, josé María Aznar escribía en el periódico La Nueva Rioja: “Vientos de revancha son los que parecen traer algunos de los Ayuntamientos recientemente constituidos. Las calles dedicadas a Franco y a José Antonio lo estarán a partir de ahora a la Constitución. En Valencia la Plaza del Caudillo pasará a llamarse del País Valenciá. Y no hemos hecho más que empezar. Se dedican a borrar la historia.” De la misma forma Ana Botella comparaba la revolución obrera de Asturias en 1934 con el golpe de estado del 36. La alcaldesa de Valencia Rita Barberá a la vez trata de borrar las fosas comunes más grandes del franquismo, con más de 26.000 muertos estimados, con una pretendida reforma del cementerio de Valencia. Asimismo, el PP acusaba al gobierno de radical por retirar una estatua de Franco . Muchos más ejemplos se pueden encontrar sin esfuerzo en cualquier hemeroteca.

E.Zaplana: Ministro de trabajo y asuntos sociales (2002-2004),  portavoz del gobierno de España (2003-2004), portavoz del partido popular en el congreso, diputado, senador, presidente de la Comunidad Valenciana

Concejala del PP de juventud y sanidad en el ayuntamiento de Canals, junto a la bandera del régimen fascista.

Secretario de deporte del PP en Xativa, posa con símbolos neo-nazis junto a un grupo ultra.
Militante del PP celebrando la victoria electoral con la bandera del régimen franquista en la calle Génova,13
Concejal del PP, homenajeando a Franco en el Valle de los Caídos.
Declaraciones de la Viceconsejera de Asistencia Sanitaria en Madrid.

Rajoy enalteciendo a Franco como SG de organización del PP.
Una de las cuatro ocasiones en las que Mayor Oreja acudió a trabajar al Parlamento Europeo, ya que asistió unicamente 20 días en 5 años- fue para negarse a condenar el régimen franquista para bochorno de los partidos políticos de centro-derecha de verdad y no de boquilla que componen el Grupo Popular Europeo. El PP no se quedó solo. La ultraderecha polaca acompañó al franquista Mayor Oreja.


Ahora, después de leer este artículo tal vez encuentre la respuesta a la pregunta de por qué en España no hay partidos políticos públicamente fascistas tras 40 años de dictadura. Y es que tal vez estén ocultos en un bonito traje de "constitucionalistas" tras una gaviota o envueltos en cáscara de naranja.

Fuentes:
B.S.Rodriguez
XV Gobiernos de Franco (Tesis doctoral)
Los 4.300 del 'Carnicerito' de Málaga (Diario Público)
La Vanguardia
El Plural
Jose Ángel González
Helena y Ánxel. (Cuando la extrema derecha española no se camuflaba).