domingo, 13 de noviembre de 2016

Créanme, soy periodista, o eso dicen.

La manipulación en los medios de comunicación.


"Cuando las personas no aprenden las herramientas de juicio y se limita a seguir sus esperanzas, las semillas de la manipulación política se siembran".
Stephen Jay Gould.

A cualquiera que le preguntes si se deja manipular te responderá que no. Lo hará probablemente de forma altisonante y golpeándose en el pecho, para reafirmar que él o ella tienen criterio propio y no admiten injerencias en la toma de decisiones respecto a su vida. Normalmente las manipulaciones psicológicas son más fáciles de ver por una persona ajena y casi imposible su desaparición a menos que las evidencias resulten abrumadoras.
La manipulación está presente e influye en todo lo que lees, oyes y miras. Absolutamente todo lleva un mensaje orientado a un propósito y está presente en todos los medios tradicionales. Quiéranlo admitir o no. Es un hecho.

La noción de controlar al público lector o telespectador, oyentes radiofónicos o internautas para que formen sus opiniones según determinada línea editorial, religiosa, comercial o política, es una realidad palpable en los medios de comunicación en España. La manipulación mediática está viva porque la forma en que operan los medios de comunicación en la actualidad lo fomenta y lo permite.
España es líder en manipulación en Europa, en este país cada viejo partido no solo se complementa con el correspondiente grupo mediático, sino que se necesitan. Vemos cierres inmediatos, falta de tiempo para corroborar información, falta de personal, inexperiencia, rechazo a ofrecer trasfondo para que la noticia no se alargue y toque la cuestión principal. Medir la importancia de la noticia por el "rating" que genere o por la cantidad de “retuits” que recibe el tema en la versión Twitter del medio, son sólo algunos de los motivos para que la información se manipule. Y esto es algo que los periodistas que se denominan independientes deberían admitir. De los otros hablaré luego.

Es duro aceptarlo, porque hablar de manipulación en los medios de comunicación o en la prensa concretamente, es sinónimo de mentarle la madre del cordero a los que se hacen llamar periodistas, editores, reporteros, analistas, comentaristas y demás personal mediático. Es uno de esos temas tabú, porque se supone que en una democracia no se manipula la información (nos han vendido que somos libres). Se supone que la propaganda política no existe. Se vende la noción de que eso pasó en la época de Franco o Hitler, o en los antiguos regímenes comunistas, pero pasa ahora en la forma en que se vivía en aquellos países. Pero parece que cada día las democracias y los gobiernos totalitarios se parecen más, y tanto en uno como en otro, se manipula, se desinforma y se divide. La verdad es relativa y por lo tanto nadie permitirá que les estropee la noticia.
La manipulación en los medios abusa de la confianza del público, donde de antemano saben su nivel cultural y saben el método exacto para explotarlo, saben que en España la capacidad de análisis es escasa en ciertos sectores de la población, y esto, sumado a una mochila de pensamiento tardofranquista hace que no exista diferencia entre lo que es percepción y realidad.

El periodismo en España es una piña, pero una piña bien podrida, ¿o acaso usted conoce a algún periodista que le haga la guerra a otro o simplemente denuncie sus actitudes vergonzosas, la publicación de noticias falsas o cualquier otro despropósito? No, tajante. En este país existe la omertá en la prensa, la de las mafias calabresas que con un guiño te dicen que si hablas te hundo. Esto es el periodismo en España, mientras que en otros países el periodismo veraz echa a gobiernos, en España los consolidan, da igual que sean los más corruptos, forman un binomio perfecto cuyo eje central se llama "mafia". Y tranquilos, si hay algún periodista libre aún, los grandes grupos tardan media hora hacerle socio del "club". Comprar es fácil cuando el sector a parte de podrido está en crisis.



Hace ya años que los medios fueron una fuente medianamente confiable para dar información al público. Existían "guerras" entre aparatos mediáticos, periodistas y editoriales. Hoy, todas las barreras que lo hacían confiable están rotas, se han unido a una espuria finalidad. Manipulación equivale a audiencia y audiencia significa publicidad y publicidad es dinero. La gente cree lo que lee o lo que ve, y no cuestiona si es veraz porque lo tiene difícil para poder compararlo con otra información, piensan que la palabra de un indecente señor de corbata u otro que se autodefine "progre" que por el mero hecho de aparecer en una cadena hablando con palabras que se escapan de tu entendimiento ya es sinónimo de veracidad. Se crea el concepto de mesianismo mediático. Nadie puede ir en contra de la mayoría, porque si no te harán sentirte excluido del sistema.
Durante años la crítica a los medios de comunicación masiva venía principalmente de teóricos y sectores de izquierda, decía Noam Chomski. Sin embargo, la explosión de los medios alternativos, Internet y sus Redes Sociales y unido a una crisis económica tienen sumido en la desesperación a personas especialmente vulnerables, que hacen de la audiencia una peligrosa mercancía a la que cargan de nuevos paradigmas.
La desinformación más habitual suele ser la superficialidad en la noticia, o lo que llamamos "es noticia porque así opinan los periodistas". Desinformar haciendo de una noticia una opinión para atrapar los cerebros más vulnerables y destrozarles las neuronas. Más adelante enunciaré los distintos métodos.
También desde los sectores más tradiciones de la prensa internacional se están haciendo varios análisis serios de como es la manipulación de información en España, que busca influir en la voluntad y en las opiniones del público, está afectando a las democracias. Publicaciones como y grupos de investigación del periodismo como Nieman Foundation o el Columbia Journalism Review como ejemplo contrastable.
Sin embargo, cabe destacar el análisis contenido en el libro: Trust Me, I’m Lying: Confessions of a Media Manipulation (Créeme, te estoy mintiendo: Confesiones de un manipulador mediático) del autor Ryan Holiday, del cual se puede obtener verdaderos análisis a lo que cada día intentan condicionar nuestras opiniones y criterios.

¿Cómo me manipulan?

La manipulación es la desinformación. Es difundir la ignorancia. Se trata de desinformar consistentemente para que haya una ignorancia general sobre un tema que afecte a algún grupo, sea el gobierno, un partido político, algún sector económico, etc.

En el periodismo tradicional, los periodistas sólo tenían dos amenazas esenciales en manipulación informativa: la propaganda que generaban los gobiernos y la de ciertos publicistas que querían vender productos con información errónea. El rol de la prensa que consistía en corroborar, fiscalizar y desmentir esos intentos de propaganda. Pero hoy en, con la rapidez que se genera la información, la competencia no para, nada se escapa de exageración, la deformación, la fabricación y la simplificación.
En el momento en que lo que es noticia no se decide por su importancia sino por la cantidad de ‘clics’ que tengan en la página de Internet del medio, ya no hay información completa ni coherente. Estamos en una época en la que los que una plusvalia completamente legal de 20.000 euros es un escándalo nacional y es la noticia que abarca todos los titulares, porque al jefe de una mafia mediática le interesa destruir la imagen de un político que se presenta a las primaria de su partido. Sí, me refiero al caso de Ramón Espinar.

Sin embargo, casi nadie sabe que la petrolera de donde es accionista ese señor hace negocios con genocidas y señores de la guerra en Sudán. Esto ya se encargaron de blanquearlo, o bien directamente ocultarlo, porque entre otras cosas implicaba a un ex presidente español marcado con una X en la frente que hacía de espurio intermediario. De paso, esto intentó tapar una abstención indecente por parte del que fue el principal partido de la oposición para dar el gobierno al partido más corrupto de Europa.
De está forma, se lanzó una avalancha de analfabetos del PP contra el ahora principal partido de la oposición para neutralizar este hecho, les lanzaron como carnaza cuales elementos a modo de lobotomizados repetían exactamente lo escuchaban a los medios que intentaron embarrar al candidato antes mencionado y a sus periodistas manipuladores de cabecera. Y es que ahí saben que siempre encontrarán un filón de incultura, sectarismo y racionalización nacionalcatolicista.

Tipos de manipulación mediática


Son varias las formas en que se desinforma a través de los medios. Esto ha sido ampliamente estudiado por los teóricos y expertos en Comunicación. A veces viene dirigida por publicistas o relacionistas (spin doctors) que representan grupos de poder (empresas, partidos políticos, corporaciones, religiones, sectas, etc.) y dan información mediante el engaño. En España son expertos en filtrar rumores, chismes, y sobre todo sondeos electorales fallidos para generar el miedo. En España las estadísticas sobre estos conocimientos o estudios son nulas, nadie las efectúa, no interesa mostrar como son pagados por grupos interesados o corporaciones.



Manipulación según Chomsky

Siempre es bueno revisar las teorías, y hace unos años se publicaron las 10 estrategias de manipulación mediática, según el teórico Noam Chomsky. Hace unos años ya usaban estas teorías para aplicarlas a la prensa, pero siempre es bueno recordarlas.

1. La estrategia de la distracción: Desviar la atención del público de los problemas importantes y de los cambios decididos por las élites políticas y económicas, mediante la técnica del diluvio o inundación de continuas distracciones y de informaciones insignificantes o falsas. En esto son expertos en la televisión pública que dirige el Gobierno.

2. Crear problemas y después ofrecer soluciones: Por ejemplo: crear un conflicto remediable en Gibraltar y dejar que se desenvuelva o se intensifique mientras están juzgando a medio partido político en los tribunales, o adelantar la detención de un peligroso "terrorista titiritero" mientras una alcaldesa hace bajar la deuda de la ciudad en más de 1.000 millones, a fin de que el público sea el demandante de leyes de seguridad y políticas en perjuicio de la libertad. O también: crear crisis económicas para hacer aceptar como un mal necesario el retroceso de los derechos sociales y el desmantelamiento de los servicios públicos.

3. La estrategia de la gradualidad: Para hacer que se acepte una medida inaceptable, basta aplicarla gradualmente, a cuentagotas, por años consecutivos y después aprobarla con nocturnidad y alevosía.

4. La estrategia de diferir: Otra manera de hacer aceptar una decisión impopular es la de presentarla como “dolorosa y necesaria”, obteniendo la aceptación pública, en el momento, para una aplicación futura por el bien de España. Ese país lleno de españoles que decía el analfabeto.

5. Dirigirse al público como criaturas de poca edad: Esto hace sentirse querido mientras te roban la cartera.

6. Utilizar el aspecto emocional mucho más que la reflexión: Hacer uso del aspecto emocional es una técnica clásica para causar una parálisis en el análisis racional, y finalmente al sentido critico de los individuos, (los pocos que lo tengan).

7. Mantener al público en la ignorancia y la mediocridad: Hacer que el público sea incapaz de comprender las tecnologías y los métodos utilizados para su control y su esclavitud.

8. Estimular al público a ser complaciente con la mediocridad: Promover al público a creer que es moda el hecho de ser estúpido, vulgar e inculto.(Es el vecino el que elige el alcalde y es el alcalde el que quiere que ...)

9. Reforzar la autoculpabilidad: Hacer creer al individuo que es solamente el culpable por su propia desgracia, por causa de la insuficiencia de su inteligencia, de sus capacidades, o de sus esfuerzos.

10. Conocer a los individuos mejor de lo que ellos mismos se conocen: En la mayoría de los casos, el sistema ejerce un control mayor y un gran poder sobre los individuos, mayor que el de los individuos sobre sí mismos.

Algunos ejemplos en España, por poner algunos significativos son los que se efectúan en La Sexta, esa cadena que presume de libertad, imparcialidad y libertad de prensa.












Desgraciadamente, este artículo pasará completamente desapercibido para aquellas personas que he mencionado antes que creen que son libres de pensamiento, porque quienes le informan son consagrados periodistas.

Continuará...