Karl Marx hizo referencia en varias ocasiones al futuro del
capitalismo en Europa y otras partes del mundo. Para ello, se basó en los
planes económicos y determinadas tendencias que iban adquiriendo las empresas
cobijadas por los gobiernos más liberales, lo que ahora conocemos como
neoliberalismo salvaje, eje fundamental del capitalismo.
Podríamos poner varios ejemplos de estos modelos, uno de
ellos sería EE.UU. Modelos que son adquiridos y copiados en Europa como
respuesta a una crisis económica sin precedentes, y como siempre, principalmente afectan a los
de siempre; a la clase obrera o trabajadora.
La retórica de Trump aumenta el riesgo de explotación
laboral, aunque en este caso es principalmente contra los inmigrantes, no es
desconocido su odio hacía todo aquello que no sea patrio o nacionalismo exacerbado (no sé a quién me recuerda), lo que no se traduce en otra cosa que en racismo.
En los últimos años, los datos macroeconómicos en España han
crecido considerablemente (aunque no lo percibamos en nuestros bolsillos). La
recuperación ha ido tomando impulso, aunque sea por inercia y no porque
tengamos unos excelentes gestores en el Gobierno, el empleo precario ha crecido
con tasas jamás vistas. Esto quiere decir que la situación del mercado laboral sigue
siendo crítica. Tenemos una tasa de temporalidad de las más altas de Europa,
con un 27,5% según Eurostat.
Preocupa la alta dificultad para encontrar un
empleo estable, la tasa de empleo juvenil se sitúa en el 38% y cierra cualquier
posibilidad a los jóvenes de entrar en el mercado laboral. La nueva modalidad
de empleo precario se llama: “contrato mercantil entre profesional y empresa”.
Un autónomo es un trabajador sin sueldo mínimo, sin
vacaciones y sin bajas por accidente, sin indemnización por despido, que paga
su seguridad social, etc. En definitiva, es un trabajador o trabajadora sin
derechos, pero con todas las obligaciones de un asalariado, si me apuran, aún
más, porque la mayoría de los contratos suscritos con las empresas no
garantizan un sueldo mínimo, ni una estabilidad, ni ninguna otra garantía, sino
todo lo contrario, solo garantiza obligaciones.
En España, el aumento de falsos autónomos está causando protestas
y continuas inspecciones de trabajo por parte de la administración (aunque no
las suficientes). Pero realmente, ¿cuánto cobran los autónomos? ¿Cuál será el
futuro de un mercado de trabajo que cada vez exige mayor flexibilidad y menores
costes salariales? En este humilde documento, quiero analizar esta nueva
modalidad de trabajo precario ya establecida en España y que en los últimos
años cada día está tomando fuerza en multitud de compañías de todos los
sectores.
En nuestro país hay 210.000 autónomos TRADE (Trabajadores Autónomos Económicamente Dependientes) es decir, que realizan su actividad
económica profesional para una empresa o cliente del que percibe como mínimo el
75% del total de sus ingresos, donde la vinculación laboral con el
empresario-cliente es prácticamente única a efecto de derechos.
Según algunas asociaciones de trabajadores autónomos, solo
el 0,32% de los autónomos que pararon su actividad en 2017 tuvieron prestación
por cese de actividad. En 2017, 3.965 autónomos solicitaron la prestación por
cese de actividad. Estos autónomos representan sólo el 0,6% de los 611.123
autónomos que se dieron de baja por causas ajenas a la jubilación el pasado
año.
De todas las solicitudes válidas que registró el Servicio de
Empleo Estatal, organismo que se encarga de gestionar las solicitudes, el 45%
fueron aprobadas, un 49% fueron rechazadas y un 6% están pendientes de
resolución, según los datos de Seguridad Social publicados recientemente.
Tal vez, a muchas y muchos os haya llamado la atención la
obsesión de Albert Rivera con los autónomos. Tal vez, muchas y muchos, no se
hayan parado a pensar en la trampa, en que Ciudadanos lo que potencia es la flexibilización de costes total para el
empresario y lo que supone contratar a un trabajador autónomo y el gran
incentivo que supone para muchas empresas, que se despreocupan completamente de
indemnizaciones por despido, bajas, vacaciones, posibles problemas, y además
pagar (tarde y poco) únicamente por el servicio que recibe la empresa, que
tiene en “plantilla” x número de trabajadores sin ningún tipo de derecho o compromiso.
Existen estudios que prevén que en el año 2020 el 50% de la
población serán trabajadores autónomos sin ningún tipo de derecho, pero la
mayoría de ellos dependientes, dado que ofrecerán sus servicios solo para una
empresa y por supuesto sin poder de negociación. En consecuencia, el problema
aparece cuando el número de autónomos aumenta no por libre elección, sino como
una válvula de escape ante la rigidez del trabajo por cuenta ajena y los datos
cada día reflejan más esta situación.
Esta precariedad está provocada por una serie de factores de
los que destaco tres:
- Rigidez de la cuota de autónomos, que es la misma
independientemente de los ingresos, provoca un aumento considerable de la carga
de trabajo de los autónomos, obligados a trabajar más horas para rentabilizar
este coste fijo.
- Las empresas no ponen ningún tipo de trabas horarias a sus
colaboradores, son conscientes de que sólo con largas jornadas sus falsos autónomos
son capaces de rentabilizar la cuota.
- Estas empresas son las principales promovedoras del
consumo low cost, gracias a la reducción de costes donde esquivan cualquier
normativa laboral.
En estos momentos, para el Gobierno de Mariano Rajoy y su
socio Albert Rivera, los trabajadores solo son números, da igual que estén
riesgo de pobreza, el neoliberalismo radical solo intentará convencerte de que
antes de estar en el paro, es mejor perder la dignidad bajo riesgo de exclusión
social, aceptar duras condiciones de trabajo y tener un salario miserable por
temor a perder tu puesto trabajo. Para ellos solo eres un número en sus cifras
de creación de empleo precario.
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